La firma de lujo Balenciaga volvió a sacudir el mundo de la moda con el lanzamiento de su chaqueta roja modelo DESTROYED, una prenda intencionalmente desgastada, rota y con apariencia de haber sido rescatada de la basura. Lo sorprendente: la pieza, valorada en 950 dólares, se agotó en menos de 24 horas tras su lanzamiento.
La chaqueta, que forma parte de una colección inspirada en la estética del “look destruido”, presenta cortes, hilos sueltos y zonas deshilachadas que simulan el desgaste extremo. Aunque para algunos representa una provocación artística y una declaración de estilo vanguardista, para otros es símbolo de exceso y desconexión con la realidad.
El fenómeno ha generado una ola de reacciones en redes sociales, donde usuarios se preguntan cómo una prenda con apariencia de deterioro puede alcanzar un precio tan elevado. “Parece sacada de un contenedor, pero cuesta como un alquiler mensual”, escribió un usuario en X. Otros, en cambio, defienden la propuesta como una crítica al consumo tradicional y una exploración estética del caos.
Balenciaga no es ajena a la controversia. En años recientes, la marca ha lanzado productos como bolsos con forma de bolsa de basura, zapatillas desgastadas y prendas con siluetas extremas, consolidando su reputación como una firma que desafía los límites de la moda convencional.
Expertos en moda señalan que el éxito de la chaqueta DESTROYED responde a una estrategia deliberada: provocar, polarizar y posicionarse en el centro del debate cultural. “Balenciaga no vende solo ropa, vende narrativa”, explicó una analista de tendencias en declaraciones a medios especializados.
La prenda agotada ya circula en plataformas de reventa por precios superiores a los mil dólares, mientras la marca celebra otro golpe de efecto en su historial de lanzamientos virales. El “look destruido”, lejos de desaparecer, parece consolidarse como una tendencia que incomoda, fascina y redefine los códigos del lujo contemporáneo.