El secretario de Transporte de Estados Unidos, Sean Duffy, advirtió este martes que el país podría verse obligado a cerrar partes de su espacio aéreo si continúa la escasez de personal provocada por el cierre del gobierno federal, que ya suma 35 días. La falta de controladores aéreos, que trabajan sin recibir salario desde el inicio del “shutdown”, ha generado retrasos y cancelaciones en aeropuertos de todo el país, y amenaza con escalar hacia una crisis operativa.
“Si esto se dilata otra semana, habrá un caos masivo”, afirmó Duffy durante una rueda de prensa junto al sistema ferroviario SEPTA. “Veremos retrasos masivos en los vuelos, cancelaciones masivas y es posible que tengamos que cerrar ciertas partes del espacio aéreo porque simplemente no podemos gestionarlo”.
Según cifras oficiales, entre 2.000 y 3.000 controladores aéreos están afectados por la paralización presupuestaria, lo que ha reducido la capacidad operativa de la Administración Federal de Aviación (FAA). Este martes, la FAA emitió una orden de detención de vuelos para el aeropuerto de Newark, en Nueva Jersey, debido a la saturación del sistema.
Choque político y consecuencias operativas
La Casa Blanca, liderada por el presidente Donald Trump, responsabilizó a los demócratas por la prolongación del cierre, mientras que el líder demócrata de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, acusó al oficialismo de impulsar un proyecto de gastos “partidista” que, según él, “destroza la atención médica del pueblo estadounidense”.
“Durante la temporada de inscripción abierta, millones de estadounidenses están viendo cómo sus primas, copagos y deducibles se disparan”, afirmó Jeffries en un comunicado. “La crisis sanitaria republicana está aplastando a la clase trabajadora”.
Duffy, por su parte, cuestionó la falta de claridad en las demandas demócratas y advirtió que el cierre está afectando directamente a trabajadores esenciales. “Cada día, estos estadounidenses tienen facturas que pagar. Se ven obligados a elegir entre seguir trabajando como controladores aéreos o buscar otro empleo para poner comida en la mesa”, dijo.
Impacto en la movilidad y en la economía
El cierre de gobierno no solo ha paralizado agencias federales, sino que comienza a afectar la infraestructura crítica del país. Aeropuertos como Atlanta, Chicago y Los Ángeles han reportado demoras significativas, mientras que aerolíneas comerciales advierten sobre posibles ajustes en sus itinerarios si la situación no se resuelve pronto.
Además del transporte aéreo, el sistema ferroviario y los servicios de inspección en puertos también enfrentan limitaciones operativas. La incertidumbre presupuestaria ha generado preocupación en sectores económicos que dependen de la logística nacional, desde el turismo hasta el comercio minorista.
Mientras el Congreso sigue sin alcanzar un acuerdo, el país se acerca a un punto de quiebre operativo. El espacio aéreo, símbolo de movilidad y conectividad, podría convertirse en el próximo escenario visible del estancamiento político. Y como advirtió Duffy, “no nos equivoquemos: esto se está haciendo a costa del pueblo estadounidense”.

