La policía de Estados Unidos detuvo este domingo a una persona en relación con el tiroteo ocurrido el sábado en la Universidad de Brown, en Rhode Island, que dejó dos muertos y nueve heridos. El alcalde de Providence, Brett Smiley, confirmó la captura de “una persona de interés” durante una rueda de prensa.
El coronel de policía Oscar Pérez precisó que el arresto se realizó “más temprano esta mañana” y que, por el momento, las fuerzas del orden no buscan a otros sospechosos. El ataque provocó el despliegue de unos 400 agentes, incluidos efectivos del FBI, y obligó al confinamiento del campus universitario.
El tiroteo se produjo en el edificio Barus and Holley, sede de los departamentos de ingeniería y física, mientras se realizaban exámenes. La universidad emitió una alerta de “atacante activo” a las 16:22 horas locales, instando a los estudiantes a cerrar puertas, apagar teléfonos y permanecer ocultos.
Testigos relataron escenas de pánico. Katie Sun, estudiante, dijo al Brown Daily Herald que corrió a su residencia tras escuchar los disparos. Otro alumno, Lydell Dyer, contó a CNN que se refugió en el gimnasio junto a más de 150 personas. La policía difundió un breve video del sospechoso saliendo del edificio con ropa oscura y una máscara de camuflaje gris.
Ocho de los nueve heridos permanecen en estado grave pero estable, mientras que una persona fue hospitalizada por fragmentos de bala. Diez de las once víctimas eran estudiantes, informó la presidenta de la universidad, Christina Paxson.
“Es, por desgracia, un día como el que la ciudad de Providence y el estado de Rhode Island rezaban para que nunca llegara”, lamentó el alcalde Smiley.
El presidente Donald Trump reaccionó en Truth Social calificando el hecho como “terrible” y pidió “rezar por las víctimas”.
La Universidad de Brown, miembro de la prestigiosa Ivy League, cuenta con unos 11.000 estudiantes y se ubica en Providence, cerca de Boston. El ataque se suma a una larga serie de episodios de violencia armada en centros educativos de Estados Unidos, país que registra la tasa de mortalidad por armas más alta entre las naciones desarrolladas. Según la ONG Gun Violence Archive, en 2024 más de 16.000 personas murieron por arma de fuego, sin incluir los suicidios.
Con información de DLA