El Gobierno de Estados Unidos dio un paso decisivo en su estrategia contra el crimen organizado transnacional al declarar al Clan del Golfo como organización terrorista, una de las estructuras criminales más poderosas y violentas de Colombia. La medida busca reforzar el cerco financiero, judicial y operativo contra esta red dedicada al narcotráfico, la extorsión y otras actividades ilícitas de alto impacto.
La designación fue anunciada a través de un comunicado del Departamento del Tesoro estadounidense, que subrayó el carácter global de la organización y su elevado nivel de peligrosidad como los principales motivos de la decisión. Según las autoridades, el Clan del Golfo ha evolucionado de un grupo criminal local a una red con proyección internacional, capaz de operar y coordinar actividades ilícitas en múltiples regiones del mundo.
De acuerdo con información de la Policía Nacional de Colombia, la estructura criminal mantiene presencia activa en al menos 28 países de cuatro continentes, lo que la convierte en una de las organizaciones de narcotráfico más extendidas del hemisferio occidental. En el continente americano, sus operaciones han sido detectadas en Estados Unidos, México, Honduras, Panamá, Costa Rica, República Dominicana, Brasil, Guatemala, Nicaragua, Venezuela y El Salvador.
En Europa, el alcance del Clan del Golfo se extiende a países clave para las rutas del narcotráfico, como Bélgica, España, Países Bajos, Alemania, Francia, Portugal, Polonia, Grecia, Irlanda, Inglaterra, Italia, Albania y Ucrania. Estas conexiones han permitido al grupo consolidar corredores estratégicos para el envío de drogas hacia mercados internacionales.
Además, las autoridades han identificado vínculos y actividades del Clan del Golfo en Irán, Emiratos Árabes Unidos, China y Australia, lo que evidencia su capacidad para establecer alianzas y rutas fuera de los circuitos tradicionales del narcotráfico. Estas conexiones refuerzan su papel como actor central en el crimen organizado transnacional.
Con esta designación, Estados Unidos amplía el alcance de las sanciones contra el Clan del Golfo, facilitando el bloqueo de activos, el endurecimiento de procesos judiciales y una mayor cooperación internacional para desmantelar sus finanzas y su estructura operativa. La medida marca un nuevo capítulo en la ofensiva contra las redes criminales que trascienden fronteras y representan una amenaza directa para la seguridad regional y global.

