El presidente estadounidense, Donald Trump, fijó como plazo definitivo el domingo a las 18:00 (hora de Washington) para que Hamás acepte su plan de paz para Gaza. El movimiento islamista, que aún no ha dado una respuesta formal, pidió más tiempo para evaluar los términos del acuerdo, mientras crece la presión internacional.
La propuesta, respaldada por el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu y varios países árabes y occidentales, contempla un alto el fuego inmediato, la liberación de rehenes israelíes en un plazo de 72 horas, el desarme de Hamás y la retirada gradual del ejército israelí de Gaza.
“Esta es la última oportunidad. Si no aceptan, se desatará un infierno como nunca antes se ha visto”, advirtió Trump el viernes, en declaraciones que marcan un punto de inflexión en la postura de Washington.

Consultas internas y puntos de fricción
Hamás confirmó que continúa en consultas internas y que ha informado a los mediadores sobre la necesidad de más tiempo. Mohamad Nazal, miembro del comité político del grupo, declaró que el plan “presenta puntos que preocupan”, aunque no detalló cuáles.
La falta de una respuesta clara ha generado incertidumbre en la región, mientras se acerca el límite impuesto por Trump. El domingo, a las 22:00 GMT, vence el plazo para que Hamás se pronuncie.
Un plan con respaldo, pero con incógnitas
Aunque el plan ha sido bien recibido por varios actores internacionales, aún persisten dudas sobre el calendario de retirada israelí y la modalidad del desarme. La comunidad internacional observa con atención, mientras el conflicto en Gaza continúa generando víctimas, desplazamientos y una crisis humanitaria sin precedentes.
Trump, por su parte, ha reiterado que “habrá paz en Oriente Medio de una forma u otra”, dejando abierta la posibilidad de una escalada militar si no hay acuerdo.