El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presentó este martes una solicitud formal al Departamento de Justicia reclamando cerca de 230 millones de dólares, alegando daños ocasionados por investigaciones federales en su contra. Durante una declaración en la Casa Blanca, Trump afirmó: “Sí, probablemente me deben mucho dinero”, refiriéndose a las pesquisas que lo involucraron durante su campaña y tras asumir la presidencia.
Este reclamo marca un hecho inédito en la historia estadounidense: un presidente en funciones solicita compensación por investigaciones que se realizaron sobre su actividad pasada y que, según él, afectaron su reputación y derechos legales. Analistas legales señalan que el caso plantea posibles conflictos éticos, dado que los responsables del Departamento de Justicia actual fueron designados por Trump mismo.
La acción se suma a una demanda inicial presentada a finales de 2023, en la que Trump solicitaba indemnización por supuestas violaciones a sus derechos civiles, incluyendo las investigaciones sobre la supuesta interferencia rusa en las elecciones de 2016 y su campaña. En el verano de 2024, presentó una segunda denuncia que apunta al FBI por supuestas violaciones a su privacidad durante los registros de su residencia y del club Mar-a-Lago, realizados en busca de documentos clasificados. Además, acusa al Departamento de Justicia de procesamientos con motivaciones maliciosas vinculados a la supuesta malversación de registros tras asumir la presidencia.
Durante su administración, Trump ha conseguido que algunos funcionarios que lo investigaron, como la fiscal general de Nueva York, Letitia James, y el exdirector del FBI, James Comey, sean cuestionados o procesados, lo que refuerza su narrativa de persecución política.
Con esta demanda millonaria, Trump no solo busca un resarcimiento económico, sino también consolidar un precedente histórico sobre cómo se gestionan las investigaciones federales contra un presidente en funciones.