El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este martes por la noche que el sargento Andrew Wolfe, miembro de la Guardia Nacional de Virginia Occidental herido gravemente en un tiroteo cerca de la Casa Blanca durante la víspera del Día de Acción de Gracias, comenzó a mostrar signos de recuperación.
El ataque, perpetrado por Rahmanullah Lakanwal, ciudadano afgano, dejó como saldo la muerte de Sarah Beckstrom, integrante de la Guardia Nacional de 20 años y compañera de Wolfe. El presidente relató que ha mantenido comunicación constante con la familia del sargento y destacó la fe y fortaleza de sus padres.
Trump recordó que invitó a los familiares al Despacho Oval el pasado 4 de diciembre y compartió detalles sobre la evolución médica de Wolfe, quien pasó de mover un dedo a levantarse de la cama en los últimos días. “Es increíble. La atención que le han brindado —el hospital y los militares que han estado allí— es asombrosa”, afirmó el mandatario, agradeciendo la labor de los profesionales de salud.
En un mensaje en Truth Social, Trump calificó a Wolfe y a su familia como “patriotas estadounidenses fantásticos” y aseguró que el sargento “está en proceso de recuperación”.
Por su parte, Lakanwal se declaró inocente durante una audiencia virtual ante el Tribunal Superior de Washington DC, realizada desde la cama de hospital en la que permanece bajo custodia. La acusación formal incluye cargos de homicidio, intento de asesinato en dos oportunidades y tenencia ilegal de un arma de fuego.
Tras el ataque, las autoridades reforzaron la seguridad en el área cercana a la Casa Blanca, generando preocupación por los riesgos en zonas estratégicas del entorno federal.

