Museo de Ciencias de Miami, faro cultural del sur de Florida

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(Miaminews24).- Tras casi seis años de obras y una inversión de 305 millones de dólares, el Museo de Ciencias Phillip y Patricia Frost, fundado en 1966, ha abierto las puertas de su nueva sede en el denominado Parque de los Museos de Miami, frente a la bella Bahía de Vizcaya, en la Florida.

El llamativo complejo de cuatro edificios despierta la admiración, en primer lugar, por su innovador planetario de 250 asientos con cúpula de 20 metros de ancho, proyector de resolución 8K (sistema visual) y efecto 3D, una tecnología con la que muy pocos otros planetarios del mundo cuentan.

“Nuestro planetario es uno de los mejores del mundo, si no el mejor a día de hoy”, aseguró a Efe el español Jorge Pérez, comisario de este planetario con capacidad para presentar espectáculos con láser y asombrar con la tecnología de sonido aplicada.

 

Más allá de las estrellas

Tal es la capacidad sugestiva y resultado de la experiencia visual y de sonido, que el visitante del planetario se siente “inmerso” en un mundo interestelar. De hecho, la pantalla cubre toda la visión periférica del público y genera una “sensación de inmersión máxima”, hasta el punto que “tenemos tener cuidado con la velocidad de las transiciones de las escenas de las proyecciones para que la gente no se maree”, precisó Pérez, licenciado en Astrofísica por la Universidad de Florida (UF).

Y es que este proyecto museístico lleno de atracciones nos permite asomarnos a un escaparate infinito más allá de las estrellas. Porque, como relató con entusiasmo Pérez, la primera proyección en el planetario de “Asteroids: Mission Extreme” (”Asteroides: misión extrema”) desvela “cómo los asteroides nos van a ayudar a viajar por el sistema solar” y “llegar a convertirse en estaciones de servicio para que repongan combustible nuestras naves espaciales”.

El acuario sumerge al visitante en una experiencia didáctica y a la vez lúdica, y pone ante su mirada especies y animales vivos como caimanes, búhos, tortugas o serpientes.

Con este complejo de 23.256 metros cuadrados, sumado al Pérez Art Museum de Miami (PAMM), en el mismo terreno, el edificio del Adrienne Arsht Center, vecino de ambos, y el American Airlines Arena, se cierra un círculo por el que Miami se convierte en referente artístico, científico y deportivo del país.

 

Escualos y Hábitats

El otro gran polo de atracción del Frost Science es, sin duda, su moderno acuario de peces escualos a la vista desde la superficie y el fondo de la estructura marina, así como la recreación de una decena de hábitats del sur de Florida. En la cuarta planta se ubica “La vista”, donde el visitante accede a la parte superior del acuario y a una recreación del rico y variado ecosistema del estado: desde la costa con sus bosques manglares y los arrecifes coralinos de los cayos hasta el humedal de los Everglades, la Bahía, de escasa profundidad y aguas cálidas, y la corriente del Golfo.

Al igual que el planetario, el acuario y sus atracciones son “únicos en la región por estar integrados en un edificio junto al planetario y un museo de Ciencias y representar los ecosistemas de Florida, con sus manglares y pantanos”, resaltó Fernando Bretos, curador del acuario.

El recorrido por las instalaciones en torno al acuario sumerge al visitante en una experiencia didáctica y a la vez lúdica, y pone ante su mirada el rico y variado hábitat del sur de la Florida y algunas de sus especies y animales vivos como caimanes, búhos, tortugas o serpientes. Arroyos de manglares que son hábitat vital para los cocodrilos, islas de árboles caducifolios (robles, caobas y jiñocuabo), peces de arrecife, corales vivos, y bosques de los Everglades son algunos de los ecosistemas representados.

En suma , es un proyecto cultural y educativo dirigido a fomentar y divulgar el conocimiento científico y concientizar a la población sobre la riqueza que atesoran los Everglades y los peligros que amenazan su frágil equilibrio.

Para Bretos, el fin último es que tanto el acuario como la exhibición permanente de vida marina sirvan para que la gente valore la importancia de preservar y proteger los frágiles ecosistemas del sur de Florida. “Tenemos en Florida el mayor humedal de Norteamérica (los Everglades), la tercera mayor barrera de arrecifes coralinos del mundo, en los cayos y dos parques nacionales”, algo único en el planeta, un patrimonio natural que “debemos proteger”, expresó con preocupación.

Consideró clave para la preservación de los múltiples hábitats del sur de Florida frenar la acción destructora del calentamiento global de origen antropogénico y el desarrollo urbano, que ponen en peligro el equilibrio del ecosistema. Así, el progresivo y destructor “blanqueamiento” que están sufriendo los arrecifes coralinos de Florida con el aumento de la temperatura de las aguas y el exceso de fósforo por la acción humana que llega al mar, acotó el científico.

Otro eje del museo en su relación con los hábitats de Florida es la experiencia interactiva “River of Grass” (Río de hierba), que permite al visitante explorar a través de su flujo de agua, entre ataques virtuales de mosquitos y caimanes, los pantanos y manglares de Los Everglades. O la cuidada exposición “Feathers to the Stars” (De las plumas a las estrellas), que recorre la evolución desde los primeros dinosaurios con plumas hace 125 millones de años, aún no voladores, hasta la era de las naves espaciales.

En la sección “Al borde del vuelo” se destaca un gigantesco Sinorithosaurus, el dinosaurio “más parecido a un ave que jamás se haya encontrado”, del período cretácico, hace unos 125 millones de años, y el Caudipterix, una mezcla de ave y reptil recubierto completamente de plumas.

Entre las piezas exhibidas se hallan además motores de transbordadores espaciales, vestimenta de astronautas, reproducción de naves y un despliegue en una gran vitrina de todo tipo de artefactos y artículos vinculados a la exploración espacial y películas como “2001: Una odisea del espacio” (1968) o “La guerra de las galaxias”.

Con información de El Día.

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