Conoce qué es el desahorro y cómo puedes combatirlo

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Este fenómeno económico, que supone gastar más de lo que se acumula, tiene mayor incidencia entre las personas de mayor edad , que usan sus ahorros de toda una vida durante la jubilación

La relación entre gasto y ahorro varía a lo largo de la vida de las personas. Está aceptado que el ahorro es habitual en la etapa media de la vida, mientras que en la jubilación predomina lo contrario, el desahorro. La vida económica de una persona suele pasar por diferentes etapas: en la juventud el ahorro es difícil debido a una renta escasa, en la etapa adulta, entre los 30 y los 60 años, es posible gracias a que tienden a mejorar las condiciones salariales y se empieza a pensar en la jubilación. En la etapa senior, se empieza a usar lo ahorrado para completar la pensión, por lo que la riqueza desciende.

En principio, los jóvenes no logran reservar dinero porque su renta suele ser escasa. Los de mediana edad, entre los 30 y los 60 años, sí lo consiguen porque suelen tener mejores condiciones salariales y empiezan a pensar en la jubilación. Los mayores, en cambio, usan lo ahorrado para completar su pensión y, por tanto, su riqueza desciende.

Ahorradores y desahorradores

Según la última Encuesta Financiera de las Familias, publicada por el Banco de España, la riqueza llega a su máximo en el grupo de edad de entre 55 y 64 años y baja a partir de ese momento. De esto se deduce que en una sociedad envejecida la tasa de ahorro no podrá ser muy alta, ya que los ciudadanos de más edad consumen su riqueza.

¿La razón? Las personas dejan de ahorrar porque utilizan lo que han acumulado durante su vida para completar sus jubilaciones y así compensar la pérdida de poder adquisitivo, ya que en España esta retribución ronda entre el 75% y el 80% del total del último salario percibido. (Descubre cuál va a ser tu pensión con esta calculadora).

Dime qué compras y te diré qué edad tienes

Los gastos varían según la edad. Las personas de mediana edad gastan más en moda, tecnología, ocio y viajes. Los mayores de 65 años suelen ser más austeros, porque arrastran una educación basada en el gasto controlado, pero aun así, la mejora de la esperanza de vida hace que inviertan más en actividades recreativas. “Esto les permite desahorrar en viajes, ocio o aficiones”, apunta Jordi Fabregat, profesor titular del departamento de Economía, Finanzas y Contabilidad de ESADE. Pese a esto, “dejar de ahorrar no tiene por qué suponer un desahorro, sino adaptarse a vivir al día sin caer en cifras negativas”, explica Fabregat.

Si estás en este perfil, hay productos financieros que pueden ayudarte a combatir el desahorro de la jubilación. Estos son:

Si lo hago con tiempo

Durante la vida laboral y con previsión hay opciones de ahorro a largo plazo: planes de pensiones, fondos de inversión o en una cuenta corriente al uso. Es básico gestionar bien el patrimonio y hacer una previsión de modo que estos ahorros se prolonguen muchos años y, si es posible, “no retirar los fondos de una vez, como por ejemplo, ocurre en muchas ocasiones con los planes de pensiones. Es mejor hacerlo poco a poco como rentas mensuales”, señala Fabregat.

Si ya está aquí la jubilación

Pero si no se ha tenido previsión de ahorro o la escasez de recursos lo ha dificultado, existen productos financieros para después de la jubilación que pueden aliviar las finanzas. Medios que contrarrestarán la pérdida de poder adquisitivo y que ayudarán a no desahorrar. Algunos de ellos son:

Si tienes una vivienda en propiedad:

  • Vender la casa y trasladarse a una más pequeña. No solo genera una ganancia, también reduce el gasto en el mantenimiento. Aun así, vale recordar que esta venta está sujeta al pago de impuestos como la plusvalía, regulados por los Ayuntamientos.
  • Renta vitalicia inmobiliaria. Está dirigida a personas de más de 75 años que tengan una vivienda bien ubicada y en capital de provincia. Se formaliza un contrato de compra venta con una compañía de seguros a cambio de recibir una renta para toda la vida, cuyo importe estará unido al valor de tasación. Podrá seguir viviendo en su casa y estará exento de pagar gastos como el IBI, la comunidad o las derramas. Tras el fallecimiento del cliente, el inversor se queda con el inmueble.
  • Hipoteca inversa. Se trata de un préstamo entre una entidad bancaria y el propietario de una vivienda. La entidad transfiere una cuota mensual al dueño durante un tiempo estimado (de 10 a 20 años, normalmente) a un interés fijo. El propietario puede seguir viviendo en la casa o incluso alquilarla. Si fallece, los herederos tendrán que pagar al banco la cuantía prestada, que podrá hacerse tras la venta de la vivienda. Si no hay suficiente liquidez, el banco pasa a ser propietario de la misma. Si la persona sigue viva acabado el plazo acordado, tendrá que devolver el dinero prestado.

Si optas por otros productos financieros:

  • Fondos de inversión. Es una buena alternativa, especialmente los que garantizan rentas periódicas. Pero no hay que obviar que se debe tributar a Hacienda por los dividendos de forma periódica.
  • Seguros de vida ahorro. Es una opción para sacarle rentabilidad a tus ahorros y recibir una renta adicional. Los hay para perfiles conservadores, con intereses no muy altos, y para los que quieren arriesgar y apostar por obtener mayor rentabilidad, y no les importa depender de las fluctuaciones del mercado.

¿AHORRAMOS O DESAHORRAMOS?

Un 61% de la población española en general ha estado ahorrando durante el último año, mientras que un 28% de los hogares ha desahorrado; es decir, sus gastos han excedido a sus ingresos en el mismo período. Esta es una de las conclusiones que se extrae de la Encuesta de Competencias Financieras (EFC) publicada por el Banco de España y la Comisión Nacional de Valores (CNMV), según una muestra representativa de adultos de entre 18 y 79 años.

Fuente: El País