Fomo: el síndrome vinculado a las redes sociales que no deja de crecer

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Las redes sociales pueden hacer que nos alejemos de la realidad en la que vivimos y que solo nos importe estar conectados y actualizados en cada momento. Saber qué hace todo el mundo en cada momento puede convertirse en un problema de salud mental. 

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Los móviles y las redes sociales, nos guste o no, ya forman parte de nuestras vidas. Sin embargo, para muchas personas, además de para comunicarse o para hacer nuevos contactos, esta tecnología se ha convertido en un pilar fundamental de su día a día; hasta tal punto de que si no están actualizados, se sienten mal.

“Vivimos en un mundo ricamente interconectado”, recuerda Joaquín Mateu Mollá, doctor en Psicología Clínica y de la Salud y docente de la Universidad Internacional de Valencia; “en el que la información fluye a gran velocidad y en el que los acontecimientos que antes no trascendían ahora resuenan en todo el planeta con inmediatez y detalle”. Esto, inevitablemente ha hecho que “la necesidad de estar presente y de tener una identidad digital definida se haya acentuado en paralelo”. 

Más allá de las ventajas que pueda tener el  avance tecnológico es importante poner el foco en los problemas para la salud mental que puede acarrear. 

Y es que, como indica Mateu Mollá, “muchas de nuestras relaciones actuales discurren (al menos parcialmente) en los marcos digitales; como redes sociales o aplicaciones de mensajería instantánea”. En este contexto “surge el síndrome Fomo, acrónimo que alude al fear of missing out o miedo a perderse algo”. Este concepto, que aún no cuenta con evidencia suficiente para ser considerado un trastorno en los manuales diagnósticos, empieza ya a despertar el interés de la comunidad científica.

En palabras de José Martín del Pliego, psicólogo, miembro de los colegios de psicólogos de Madrid y de Castilla y León y responsable del área de psicología del Centro Médico Los Tilos; “este síndrome es la intensa emoción negativa que aparece en algunas personas cuando sienten que los demás disfrutan de actividades agradables, de contactos sociales, de hacer cosas mejores y más interesantes que la persona que lo sufre”. La persona que lo sufre “siente que no está siendo activa y que no está formando parte de todo aquello que hay a su alrededor”. 

Para Mateu Mollá, “Fomo describe la angustia que una persona experimenta al no participar activamente en las dinámicas sociales de su entorno 

El miedo al rechazo y a la soledad ya no se restringe a los momentos en que nos encontramos físicamente solos, sino que se expresa también ante un teléfono o ante un perfil en redes sociales sin notificaciones ni seguidores, pues se trata de puentes que nos unen a los demás en esta era digital”. 

¿La causa de que esto ocurra? 

Para Martín del Pliego, “seguramente tendrá su origen en la búsqueda de vínculo social con otras personas para generar seguridad a través de las redes sociales”. 

En ascenso, sobre todo en jóvenes 

El Fomo afecta a más gente de la que imaginamos, sobre todo entre los adolescentes. Si tenemos en cuenta que el 60% de los españoles reconoce que lo primero y lo último que hace cada día es mirar su teléfono móvil, no es de extrañar que este síndrome sea muy habitual. Según apunta Martín del Pliego, “aproximadamente, el 40% de los adolescentes y el 11% de las personas mayores de 50 años sienten cierta intranquilidad si no están al tanto de lo que ocurre en las redes sociales, un dato que, parece, va en aumento”. Y esto es así porque “las redes sociales son muy accesibles y porque, además, estamos pasando por un periodo pandémico en el que contamos con más dificultad para relacionarnos físicamente”. 

En cuanto al perfil de persona más predispuesta a sufrir este síndrome, es más habitual entre los más jòvenes “por las peculiaridades sociales que acompañan a la adolescencia”, explica Mateu Mollá, aunque, “no debemos olvidar que cualquier persona puede tener este problema, en especial si se percibe insatisfecha con sus relaciones ordinarias”, de ahí que el 11% de los afectados sean mayores de 50 años

Pero además de la juventud, las personas que sufren Fomo tienen otras cualidades.

“El Fomo es un comportamiento compulsivo en el que a la persona le cuesta muchísimo frenar su impulso por lo que el perfil suele ser más habitual en varones, en chicos jóvenes, insatisfechos con la vida que llevan o carentes de buenas relaciones sociales y de buenos apegos que les den seguridad”, apunta Martín del Pliego. 

Estas personas buscan la seguridad en las redes sociales pero se encuentran con lo contrario “apareciendo lo que se denomina la paradoja de la amistad”. Buscan seguridad y la aceptación de los otros pero perciben que “los demás tienen muchos más amigos que ellos y una mejor vida”, por lo que lo que buscan a través de ese contacto con las redes es “lo contrario de lo que finalmente obtienen”, añade el experto.

Con información de: Cuídate Plus. / Foto: Cortesía.

Periodista, Grelys Vargas.

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