Conoce los 11 tips para lograr que los niños duerman toda la noche

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Foto: Cortesía

El concepto higiene del sueño infantil abarca las ventanas de sueño en bebés y niños, ya que el descanso infantil hace referencia al periodo, tanto diurno como nocturno, que necesitan los niños para descansar y recuperar energías. De hecho, un buen descanso es esencial para garantizarles un correcto desarrollo, tanto neurológico como físico.

La expresión “dormí como un bebé” suele usarse de sinónimo de buen descanso. Lo suelen decir quienes logran una noche de sueño reparador.

Cómo lograr que los niños y bebés mantengan el sueño

También como una expresión de deseo es común escuchar algo así como “qué ganas de dormir como un bebé”.

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¿Cómo qué bebé? ¿Cuánto duermen los bebés? ¿Qué es dormir como un bebé?

Muchas son las expectativas de los adultos respecto a cómo y cuánto se espera que duerma un niño. Y por lo general (por no decir siempre) distan mucho de lo que sucede en realidad.

Foto: Cortesía | Cómo lograr que los niños y bebés mantengan el sueño

“Mientras dormimos no transcurre tiempo vacío; pasan un montón de situaciones en el dormir, el cerebro no descansa, aprovecha esas horas para recuperar su energía -manifestó-. La función del sueño es una función activa”.

En busca de ese camino, las especialistas compartieron 11 claves para padres en busca de hallar la mejor manera de dormir a sus hijos.

1- Se puede enseñar a dormir

Gandsas, quien es autora del libro El pícaro sueño y creadora del Método pícaro sueño para mejorar el dormir de los niños y sus familias.

“Se puede enseñar a dormir y en eso hay mucho que el entorno debe hacer”, aseguró la especialista, quien remarcó que “es necesario que los padres incorporen hábitos y rutinas que van a ser la base del buen dormir”.

2- Lo que ocurre en el día influye de manera directa en el sueño nocturno

Según precisó Guastavino, “el sueño es evolutivo y madurativo por lo que no puede pretenderse que los niños duerman como los adultos (quienes muchas veces tampoco suelen dormir toda la noche de un tirón), pero de todos modos hay ciertas cuestiones que deben tenerse en cuenta”.

Foto: Cortesía | Lo que ocurre en el día influye de manera directa en el sueño nocturno

En ese sentido, “generar rutinas agradables y placenteras, cuidar el ambiente, los horarios, las siestas, la alimentación”, son algunos de los factores que influyen en el buen descanso.

3- Los ciclos de sueño cambian desde el nacimiento para el desarrollo madurativo

Según explicó Gandsas, “es clave entender que el sueño es un proceso madurativo y no es lo mismo un bebé recién nacido, que uno de seis meses, un año o un niño de tres años”.

En este punto, remarcó que “por eso un bebé recién nacido tiene gran cantidad de sueño superficial, que luego se transforma en sueño profundo”.

“Durante los primeros meses eso le sirve para despertarse muchas veces de noche para comer y luego comenzará a tener más presencia el sueño más profundo -aseguró la especialista-. A partir del año el cerebro del niño está preparado para dormir toda la noche”.

4- “Los bebés duermen como bebés y no se puede pretender que lo hagan como adultos”

En su libro, Guastavino, hace mucho hincapié en que “las expectativas en general distan mucho de la realidad. Muchas veces el problema está en lo que los padres esperan que suceda y no en el sueño de sus bebés”.

Foto: Cortesía | “Los bebés duermen como bebés y no se puede pretender que lo hagan como adultos”

Por eso, para ella, es importante que los padres se hagan de información de confianza acerca del sueño “que los ayude a calmar ansiedades, evitar frustraciones y miedos.

5- Hay mucho que los padres pueden hacer

Para Gandsas es primordial “mejorar la manera de pasar la noche, para mejorar la calidad del sueño nocturno”. Y en pos de ese objetivo, tal vez uno de los pocos en común que compartan todas las madres y padres alrededor del mundo, para ella durante los primeros dos o tres meses, tanto los padres como el bebé se están adaptando y es momento de ver cada cuánto come el niño y crear hábitos muy pequeños como la hora del baño, un paseo y con establecer lo que ella llama “la hora del afloje”.

A partir del cuarto mes, la especialista señaló que “comienza la síntesis de melatonina por lo que es importante que haya más regularidad en ciertos hábitos, por ejemplo, si bien el pecho sigue a libre demanda tratar que no esté a cada hora comiendo, tener pautadas hora de paseo, hora de baño y hora de dormir”.

6- La importancia de las rutinas

Luego de afirmar que “después del año el niño ya está en condiciones de dormir toda la noche”, Gandsas recomendó tener en cuenta una serie de consejos, que deben seguirse.

“Primero, que cinco de los siete días de la semana haya rutinas inamovibles en el hogar. Las rutinas se consiguen, y si el niño no va a un jardín maternal, lo que ordena bastante la jornada es establecer horarios de paseo, comidas, baño, y siempre dormir entre la franja de 20-21. Después de esa hora el niño va a estar más cansado y le costará más dormirse”.

7- Las siestas, clave hasta los cuatro años

Como se dijo, lo que ocurre en el día influye de manera directa en el sueño nocturno, y en ese sentido, el dormir diurno juega un rol fundamental durante los primeros años de vida.

“Desde el año y hasta los tres la siesta es necesaria”, aseguró Gandsas, quien recomendó que se realice “después del almuerzo y en su cuna si el niño está en la casa y si está en una guardería o jardín lo hará en la institución”.

Foto: Cortesía | Las siestas, clave hasta los cuatro años

La modalidad de dormir será igual que a la noche: “Leer un cuento y acompañar al niño hasta que se duerma”.

La duración de este tiempo de descanso será de mínimo una hora u hora y media y máximo tres horas. “Se sugiere no despertarlos de la siesta, por eso la recomendación es hacerlos dormir en el horario temprano de la tarde”, destacó la especialista, quien adelantó que “a partir de los tres años, los fines de semana suele no hacerse las siestas y necesitar menos tiempo”.

8- Acompañar siempre, dejar llorar nunca

En su libro, Guastavino hace referencia a que siempre se debe atender el llanto de los hijos.

En su experiencia personal y profesional, “un bebé va a lograr dormir con mayor independencia siempre y cuando primero se haya sentido seguro”. “Yo creo que los padres debemos estar ‘al pie del colchón’ acompañando el camino hacia un sueño independiente siempre cuidando las necesidades fisiológicas y emocionales del bebé. Eso no se negocia”, enfatizó.

Y agregó: “El camino hacia un sueño independiente se logra acompañando al bebé y respetando sus propios tiempos. El consejo sería darle al niño lo que pide, porque lo que pide es lo que necesita”.

 “Si el niño refiere miedo a la oscuridad se puede dejar una luz tenue en el cuarto o algún pasillo cercano”, recomendó.

9- Hay acontecimientos que pueden alterar el sueño de los niños

Según aseguró Gandsas, “el sueño puede estar perturbado por diversas situaciones, como el nacimiento de un hermano, una mudanza, vacaciones, el comienzo del jardín de infantes, enfermedades, un divorcio, el fallecimiento de algún familiar, etc”.

10- Los buenos hábitos duran para siempre

Consultada acerca de si según cómo los hijos aprendieron a dormir de pequeños dependerá que adquieran hábitos saludables para su descanso de adolescentes y adultos, Guastavino resumió: “Creo que es importante instalar hábitos de sueño saludables desde pequeños. Sin pretender que por eso duerma toda la noche de un tirón. Pero los hábitos se van instalando progresivamente

Foto: Cortesía

En este punto, para ella, “es importante que el momento de dormir se asocie a algo lindo y placentero. Esto ayudará a que el bebé o niño se predisponga con mayor facilidad a dormir y su descanso sea mejor”.

11- El sueño en la adolescencia

Durante la pubertad y la adolescencia, “los chicos deben tener entre 9 y 10 horas de sueño diario, es el tiempo necesario para recuperarse y responder satisfactoriamente a los reclamos del estudio y vida social”, explicó la pediatra, quien remarcó que “no respetar esto, traería como consecuencia irritabilidad y desconcentración mental”.

Y argumentó que “la mayor demanda de sueño a esta edad corresponde a cuestiones hormonales y fisiológicas”. Y tras asegurar que los buenos hábitos para un descanso adecuado siguen siendo importantes

Con información de | Infobae

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